El azúcar, aumenta rápidamente el nivel de glucosa en el torrente sanguíneo, o sea, un pico glucémico que es:(Relación entre cantidad de glucosa por cada litro de sangre). Ante este pico el páncreas segrega la insulina. (La insulina es una hormona "anabólica" por excelencia: permite disponer a las células del aporte necesario de glucosa para los procesos de síntesis con gasto de energías. Básicamente es una hormona de almacenamiento.
Un nivel alto de glucosa en la sangre la insulina lo transforma en acumulación de grasa corporal. En otras palabras, cuando ingerimos azúcar, estamos enviando al cuerpo (mejor dicho a las células adiposas) un mensaje hormonal, vía insulina, que dice: ALMACENA GRASA. Por otro lado el exceso de insulina en el torrente sanguíneo reduce la tasa de glucosa a niveles más bajos , provocando la hipoglucemia, y el cerebro (principal consumidor de este combustible), para no interrumpir sus funciones vitales, indica señales de hambre, exigiendo el consumo de más carbohidratos.
O sea, acabas de ingerir azúcar, el organismo ha pasado por enorme desbalanceo, almacenó grasa, entró en estrés y ya está nuevamente con hambre de más azúcar; círculo vicioso !!!
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